Poema dedicado a Chiguergue, en este caso desde la óptica de la coyuntura crítica -de crisis- de principios del siglo XXI. En este poema se hace simbiosis entre Chiguergue y un tema poco usual: la situación de crisis que vive el mundo.
Chiguergue se viste de negro, de luto,
huele a fuego y duelen los ojos del humo.
La gente empapada en azufre reseco
corre por las calles, ¡huye por las calles!
'¿De qué se trata?', pregunta más de uno;
'ya está aquí, ¡ya!', dicen juntos los restantes.
Y es la crisis que tú y yo creamos, vida,
que afecta hasta a los sencillitos barrios