Vida, mundo y tiempo confluyen en este poema que esconde más de un sentimiento y referencias explícitas a Dios. Es este uno de los poemas característicos de la poesía actual.
Me asomo a la ventana,
la limpio con el brazo.
Sólo respiro humo,
hay centros comerciales.
¡Qué difícil es no volverse loco
me dijo años ha la vieja soledad!
Ignorantes a ella caminan por las aceras
ni ven que hay miradas en las ventanas traseras.
Yo a veces ignorélo,
lloré sin saber por qué.
Pero la vida sigue con o sin mi gris ventana,
en manos de una deidad a que nadie quiere dar fe,