Si alguna satisfacción tiene quien recuerda sus buenas obras de otro tiempo, al pensar que cumple con su deber y no violó la fe jurada ni en ningún compromiso abusó del poder de los dioses para engañar a los hombres, te aguardan muchos goces, Catulo, por larga que sea tu vida, a consecuencia de ese amor tuyo no correspondido.
Pues todo cuanto los hombres pueden decir o hacer por alguien, tú lo has dicho y lo has hecho; pero todo se perdió, por haber sido confiado a un alma ingrata.
¿Para qué atormentarte más, pues? ¿Por qué no cobras ánimos y te alejas de ahí, y, puesto que los dioses no quieren, dejas de ser desgraciado?
Es difícil abandonar de pronto un largo amor; es difícil, pero debes hacerlo sea como fuere. Ésta es la única salvación, debes lograr esta victoria; hazlo, puedas o no.
Oh, dioses, si conocéis la compasión, o si jamás, en el postrer momento, habéis socorrido a alguien en la misma muerte, miradme en mi desdicha, y si he llevado una vida pura, arrancad de mí este mal y esta ruina, que insinuándose como un letargo hasta lo más hondo de mis miembros, ahuyentó de mi corazón todas las alegrías.